El entorno escolar y familiar de los niños determinarán el desarrollo infantil el funcionamiento de este. La relación con sus primeros contactos, amigos del colegio, sus hermanos.
Los niños deben ir conociendo sus habilidades sociales, esto forma parte de su educación y si no lo hacemos de una forma apropiada podemos limitarlos en muchos aspectos e incluso producirles problemas emocionales.
La timidez en la infancia es algo muy común y se caracteriza por un déficit acusado en las relaciones interpersonales y una evitación del contacto social con otras personas.
Consultar con el pediatra esta conducta debe ser siempre el primer paso, a fin de descartar cualquier tema orgánico. Si su estado físico es normal, comenzaremos a investigar las razones psicológicas de los cambios que llamaron nuestra atención.
1. Los niños manifiestan sus emociones a través de su comportamiento, juegos y sus dibujos. Un niño necesita algo de tiempo para expresarse a través del lenguaje y con palabras lo que siente.
2. Los niños tienen una sensibilidad mucho más fuerte que la nuestra para percibir el ambiente: siempre estarán pendientes de nuestros gestos, ausencias, presencias.
3. Los cambios que se sumaron a nuestra vida cotidiana. Como alejamiento, crisis personales, enfermedades, muerte de un familiar, problemas laborales o económicos… Todas estas situaciones los niños también las viven y presienten. Aunque parezcan menos manifestadas hacia ellos.
4. Cada niño tiene una manera diferente de mostrarnos su dificultad de entender lo que ocurre. Recurriremos entonces a el instinto paternal. Buscaremos el momento perfecto para dirigirnos al pequeño con las palabras adecuadas, dichas desde el corazón para tranquilizarlos y apoyarlos.
El entorno escolar y familiar de los niños determinarán el desarrollo infantil el funcionamiento de este. La relación con sus primeros contactos, amigos del colegio, sus hermanos.
Los niños deben ir conociendo sus habilidades sociales, esto forma parte de su educación y si no lo hacemos de una forma apropiada podemos limitarlos en muchos aspectos e incluso producirles problemas emocionales.
La timidez en la infancia es algo muy común y se caracteriza por un déficit acusado en las relaciones interpersonales y una evitación del contacto social con otras personas.
Consultar con el pediatra esta conducta debe ser siempre el primer paso, a fin de descartar cualquier tema orgánico. Si su estado físico es normal, comenzaremos a investigar las razones psicológicas de los cambios que llamaron nuestra atención.
1. Los niños manifiestan sus emociones a través de su comportamiento, juegos y sus dibujos. Un niño necesita algo de tiempo para expresarse a través del lenguaje y con palabras lo que siente.
2. Los niños tienen una sensibilidad mucho más fuerte que la nuestra para percibir el ambiente: siempre estarán pendientes de nuestros gestos, ausencias, presencias.
3. Los cambios que se sumaron a nuestra vida cotidiana. Como alejamiento, crisis personales, enfermedades, muerte de un familiar, problemas laborales o económicos…
Todas estas situaciones los niños también las viven y presienten. Aunque parezcan menos manifestadas hacia ellos.
4. Cada niño tiene una manera diferente de mostrarnos su dificultad de entender lo que ocurre.
Recurriremos entonces a el instinto paternal. Buscaremos el momento perfecto para dirigirnos al pequeño con las palabras adecuadas, dichas desde el corazón para tranquilizarlos y apoyarlos.